GENCIANA, LA PLANTA DEL APETITO

Durante estos días de estancia en la montaña, he podido observar y fotografiar numerosas plantas silvestres. Me ha llamado especialmente la atención la genciana – también conocida como quina de pobre o Hierba de San Ladislao- por el hecho de encontrarse en peligro de extinción en su variedad silvestre. Esta planta herbácea perenne, que crece en altitudes superiores a 800 metros, tiene una composición química rica en alcaloides, xantonas, aceite esencial, taninos, vitamina C o fitoesteroles, lo cual hace de ella una planta muy apreciada en medicina natural.

Es un excelente regulador de la presión arterial, estimula la digestión, tonifica el hígado, así como el sistema nervioso en general, trata el hipotiroidismo. También es muy conocidasu capacidad para abrir el apetito, e incluso es un eficiente tónico capilar.

En cuanto a sus contraindicaciones, a dosis elevadas, puede provocar irritación de la mucosa gastrointestinal –  no deben tomarla personas con úlcera gastrointestinal- así como fuertes dolores de cabeza. Aunque su composición no es tóxica, se recomienda evitarla durante la lactancia, por su sabor amargo, que puede pasar a la leche.