EL CABELLO AL SOL

Es tiempo de sol, playa, piscina y buen tiempo. Si bien llevamos todo el año esperando la llegada del verano, éste puede acabar pasando factura a nuestro cuerpo, si no tenemos en cuenta una serie de cuidados básicos. El pelo es uno de los que sufren más los rigores del verano.Con el sol, la sal del mar, el viento, el agua clorada de las piscinas, el cabello está sometido a una serie de agresiones, que alteran la cutícula hasta levantar sus escamas. De este modo, el cabello se acaba volviendo débil, se vuelve seco, áspero, quebradizo, difícil de peinar y con tendencia a decolorse. Dicho en otras palabras, hecho un asco.

¿ Y por qué este deterioro?

La melanina y la queratina son las barreras naturales de la epidermis, de los cabellos, contra los rayos UVA y UVB. Un exceso de rayos ultravioleta provoca la alteración de esta barrera, iniciando un proceso de degradación del cabello. Por una parte, el exceso de radiación ultravioleta conlleva la degradación de la queratina. Por otro lado, la decoloración del cabello, otro de los signos de esta alteración, está relacionada con la oxidación de la melanina. Además, es importante tener en cuenta el hecho de que el daño ultravioleta, a nivel del tallo capilar, no puede repararse de forma espontánea, contrariamente de lo que ocurre con la epidermis.

Por todo ello, es muy importante tomar medidas al respecto, para evitar todos estos daños indeseados:

– Para prevenir que se nos estropee el pelo, es importante utilizar filtros solares específicos para esta zona, con el fin de proteger nuestro cabello de las radiaciones solares.

– Tras la exposición solar, deberíamos reparar con agentes hidratantes y reestructurantes.

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